Cada año, la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia renueva una de sus tradiciones más queridas: el Bautismo de Primer Año, una experiencia de integración construida desde el afecto, el respeto y el trabajo colectivo.
Lejos de prácticas violentas del pasado, desde el año 2009 la EAS lleva adelante un Bautismo sin violencia, iniciativa nacida del trabajo conjunto entre el Centro de Estudiantes (CEEAS), el Departamento Técnico Pedagógico y profesionales de la Psicología. Esta transformación fue impulsada durante la dirección del Ing. Edgardo Grasso, con el acompañamiento de la Facultad de Psicología de la UNT, y hoy continúa bajo la conducción de la directora Carolina Legorburu y la vicedirectora Susana Posse.
En esta edición 2025, organizada por el CEEAS y acompañada por docentes, tutores y autoridades, los y las estudiantes de primer año vivieron una jornada inolvidable el viernes 17 y sábado 18 de mayo.
Los ingresantes recibieron remeras, diplomas, participaron de juegos en equipo, talleres culturales, una caminata nocturna, la clásica “búsqueda del tesoro”, un fogón y una instancia simbólica de plantación de árboles como compromiso con su nueva etapa escolar. Cada grupo fue acompañado por padrinos, madrinas y un tutor de séptimo año, todos previamente capacitados para garantizar inclusión, cuidado y disfrute para todos.
Durante la noche del viernes, 17 docentes se sumaron a la pernocta en la escuela para cuidar y acompañar a los estudiantes en este momento tan especial. La actividad se vivió con alegría, entusiasmo y un fuerte espíritu de comunidad.
Queremos agradecer especialmente a la Lic. Cecilia Graneros, psicóloga de primer año, por su valioso aporte al reconstruir la historia y sentido de este evento tan significativo; a la profesora Priscila Hill, tutora de los primeros años; y al Regente Sr. Gustavo Namen, por su constante apoyo y acompañamiento al Centro de Estudiantes.
También extendemos nuestro profundo agradecimiento a todos los docentes que colaboraron con compromiso y generosidad, haciendo posible que este bautismo sea una verdadera bienvenida cargada de respeto, emoción y pertenencia.
El Bautismo EAS no es solo un evento: es una forma de construir comunidad, con los valores que nos representan.
